miércoles, 20 de febrero de 2008

El aumento de los robos en la urbanizaciones de lujo dispara la demanda de vigilantes

La contratación de este servicio privado aumentó hasta un 65 por ciento en los últimos cinco años. La nueva manera de actuar de los ladrones obliga a los vecinos a extremar las precauciones en sus casas «Perdone, pero no me gustaría pronunciarme al respecto; lo que sí puedo decirle es que desde que tenemos por aquí a los vigilantes de seguridad estamos mucho más tranquilos». La declaración es de un vecino de una urbanización de lujo en Nueva Andalucía, aunque perfectamente extensible a cualquier otra zona residencial de Marbella. La sentencia no es anecdótica pues. La creciente preocupación por el incremento de robos en espacios residenciales de clase alta ha disparado la contratación de profesionales dedicados a velar por la seguridad de los ciudadanos de Marbella.Según fuentes de la Asociación de Empresas de Seguridad Privada de Málaga, cuyos representantes celebrarán una reunión los próximos días para consensuar los datos y alumbrar estadísticas, la demanda se ha incrementado hasta un 65 por ciento en los últimos cinco años.Parece claro entonces que esta sensación de inseguridad se ha convertido en todo un filón para las empresas del sector. La profesión de vigilante saborea uno de sus momentos más dulces. También y sobre todo en Marbella, donde proliferan las urbanizaciones de lujo, objetivo preferente de los ladrones. Así lo corrobora el presidente de la Asociación de Empresas de Seguridad Privada de Málaga, Federico Sánchez. «Hay que decir que este incremento en la demanda de vigilantes se está produciendo en Málaga capital y su provincia, pero especialmente en el núcleo de Marbella, que ya sabemos que siempre se caracterizó por su apuesta por el lujo, traducida en viviendas de máximo nivel que ahora se encuentran acosadas por los robos», explica.Jesús Feijóo, dueño de la compañía local Franjus Security, que controla buena parte de las urbanizaciones de Marbella, añade al debate otro dato para explicar esta alta demanda de vigilantes: la falta de policías nacionales, lo que obliga a los vecinos a recurrir al sistema privado para alejar el peligro. «Lo tengo claro; estamos creciendo porque Marbella padece un déficit importante de policías, mal pagados además si nos referimos a los nacionales», expone. «Es más, está demostrado, y lo sé bien por mi experiencia, que muchos agentes prefieren desentenderse del tema para no poner en riesgo su vida», añade.Asume Sánchez que ya no vale justificar este crecimiento en el desarrollo acelerado del sector de la construcción, que se estancó, con un frenazo más seco si cabe en Marbella a la espera de la aprobación definitiva del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Sin embargo, concluye, sí que se están produciendo de un tiempo a esta parte muchos más episodios de robos en casas y pisos, «por gente especializada en el asunto que procede incluso de otros países», define. «Cada vez hay más urbanizaciones que incluyen desde su estreno un servicio de vigilancia o bien sus habitantes deciden contratarlo dada la preocupación», opina Sánchez.Nuevo 'modus operandi'Concluye este experto que se generalizó un nuevo 'modus operandi' de los ladrones, que cada vez más irrumpen en las casas cuando sus moradores están dentro. «Esta moda no ha hecho sino elevar la sensación de inseguridad y acoso», certifica. Los cacos -bautizados policialmente como 'soñarreros'- burlan los sistemas de seguridad cortando el cable telefónico, utilizan sprays somníferos y en ocasiones llegan a maniatar y a amordazar a los vecinos, cada vez más preocupados por la situación.«Es que ahora mismo escuchamos un simple ruido, aunque sea a primera hora de la tarde, y nos ponemos a temblar», asume una de estas vecinas. No es de extrañar que muchas comunidades estén optando por convertir sus recintos en una especie de pabellones infranqueables.Las empresas de seguridad privada cada vez tienen más dificultades para contratar el personal que necesitan para dar servicio a sus clientes. Ocurre, por ejemplo, con Securitas, cuyo personal custodia cada día las principales urbanizaciones de Marbella. Es una de las muchas firmas del sector que vienen reclamando al Ministerio del Interior que permita la contratación de ciudadanos no comunitarios, trámite que ahora impide la ley. «Sería una manera de paliar ese déficit de personal», comentan desde la compañía. Securitas además cuenta con su propio centro de formación para dar respuesta a la demanda. Esto no es todo. Según Ricardo García de Vinuesa, su delegado en Málaga, la demanda está tan inflada que muchas empresas acuden a las academias para hacerse con los listados de alumnos a fin de captarlos tan pronto como obtengan el título homologado del Ministerio de Interior y ya tengan licencia para trabajar.Más temorNo maneja datos estadísticos, pero Jesús Luque, presidente del Colegio de Administradores de Fincas de Málaga, insiste en que las urbanizaciones de Marbella «están muy sensibilizadas» con el asunto de la seguridad. «No son pocas las que han optado definitivamente por incluir un vigilante en la propia plantilla de la comunidad», resume, insistiendo que en las próximas semanas se incrementará la percepción del miedo.Obligadas por la alta rotación de personal que, entre otros motivos, ocasionan horarios por turnos que obligan a trabajar de noche y en fines de semana y unos salarios base que no superan los 18.000 euros brutos anuales, algunas de estas empresas de seguridad han comenzado a ofrecer a sus empleados algunos beneficios que hace años serían impensables en el sector. «Claro, el problema que se están encontrando ahora estas compañías es que necesitan más personal en Marbella, por ejemplo, pero la gente joven, entre los 25 y 35 años, tampoco parece dispuesta a asumir un trabajo que también obliga a asumir riesgos importantes», aclara Luque.

fuente:www.diariosur.es

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